Gota de agua, libre como esclava, va y viene. Producto de un ciclo que le condena a ir y venir como un dulce baile. Limpia, trae consigo vida y a veces condena a la muerte. Nace de dulces suspiros blandos formados por cientos de estrellas. "Ella", quien navega en el aire, sin querer ha sido atravesada por un rayo de luz generando un arcoíris dibujado en el cielo y que "yo", "tu" y "ellos" han guardado para si. Fotografiado, impregnado en finos lienzos; ahora "él" la conserva.
Nadie pudo adivinar cuando caería y cuando se evaporaría. No, no para desaparecer pues ese es el ciclo; el sol tan ardiente las secó. Pero es entonces cuando reaccionas, cuando miras atentamente cada participante de este juego de la creación y puedes notar sus huellas.
Gota nace, cae sobre "tu", sobre "yo" y sobre "ellos", gota empapa, gota deja su huella.
El atardecer se posa sobre estos incompletos pronombres y el temer de la noche es solo un anuncio, parte de lo que "él" ha anunciado y entonces, por qué es tan extraño? por qué tan temido? por qué tan desolador?
Ya las horas avanzan en lo que definen como "reloj" y algo ha cambiado, el mundo parece ser un excelente dibujo del mas exquisito artista. Las huellas en la arena son imborrables, cómo puede ser esto posible? La arena se ha transformado en el cascarón de una estrella de neutrones, incapaz de romperse, capaz de transformarse, perfectamente reflectante . Así el mar ya no puede borrar lo que él mismo ha moldeado ...
Almas doradas, la fresca brisa, con gotas en los ojos, hermoso canto de las olas golpeando las costas. "Ella" está aquí y aunque las estaciones cambien el estado del mar nunca se borrará la maravillosa vida que habita en él.
"Ella", quien constantemente cambia de nombre según el sujeto, está presente. La pequeña escala prefabricada que pone a "yo" de primero, a "tu" de segundo, a "él" y "ella" de tercero cambió, las olas revolvieron las formas y ahora "él" y "ella" comparten el primero... No.
"Él", siempre es "Él"
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