domingo, 28 de octubre de 2012

Extraño acariciar tus piernas, el suave olor de la crema que colocabas alli. Extraño el pequeño refugio que habia creado para mi en ti, la manera como los mundos colapsaban, pero no allí. Tu eras mi calma.... ahora solo queda esta almohada, esta maldita, fría, solitaria y vieja almohada.

Te extraño tanto....

Extraño ese mundo de seguridad de pocos centímetros, en donde cabía la mitad de mi rostro, pero era capaz de abrazar mi alma....

viernes, 19 de octubre de 2012


Son las constantes suspensiones en el espacio lo que provocan las repetitivas nauseas, las ganas de expulsar las pasiones a través de un agujero negro, los fríos y los silencios. 

Estos espacios de tiempo en donde la indiferencia parece que se apodera de los dedos y palabras. El desfallecimiento por los constantes movimientos de estas pequeñas esperanzas llenas de grandes quebrantos, descansos de medio tiempo. Así, para calmar, para darle paso al aire a llenar los pulmones para luego hundirse otra vez y volver a luchar contra marea, a jugar a estar seguro que se va a morir, teniendo la certeza que esta vez sí se va a morir. La última lucha, los últimos segundos viendo aquella luz que tiembla entre las olas y la maldita hipoxia que continuará ajustando cuentas con un cuerpo tembloroso, por el frío, por los silencios. 

Y entonces sólo queda una opción, la misma que las otras veces. Quedarse quieto y esperar a que explote; a la espera de la trombosis que quizás te haga explotar. Y el ciclo se repite. Tu cuerpo no es el mismo, tus sentidos se adormecen cada vez más. Estar a flote viendo el sol y oyendo los buitres volar no parece tan agradable como antes.  La espera. Esperar a que jale otra vez la pequeña y oscura compasión. Los “medio tiempo” se vuelven desagradables.   

"Medio tiempo", desagradable prefacio a la compasión. 

domingo, 7 de octubre de 2012

Comunicado #8

No quiero empezar este post haciendo creer que el mundo se acabará mañana y no hay salida. Lamentablemente el mundo se ha vuelto un reflejo de la maldad y la ignorancia que reina en los corazones de la mayoría. En mi país volvió a ganar la miseria, el conformismo, el odio; tantos adjetivos más que sinceramente no  pretendo nombrar. Y aunque no hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo resista, siento que es necesario huir del "mal". 

Desde hace muchos años he pensado la posibilidad de realizar mi vida en otro país, y si bien la culpa de dejar a los mios será infinitamente grande, no quiero que mis hijos crezcan en un país en donde la delincuencia, la injusticia, la intolerancia, el odio, la maldad, la corrupción... son el pan de cada día. 
Es verdad, todo el planeta está infestado de esa plaga, pero creo que hay mejores opciones que este sistema que se implantará en Venezuela en los próximos años. 

Yo, como muchos otros, seguiremos intentando este camino que nos llevarán a otras fronteras, con las maletas llenas de culpa, tristeza, coraje, de miles de lágrimas y recuerdos. 

Señor, guía mis pasos. 

Hágase tú voluntad y no la mía. Amén






miércoles, 3 de octubre de 2012

Dos

No hay lágrimas, malos recuerdos o tristeza. Hoy no. Ayer fue suficiente. 

Lo siento, necesito vivir. Vivir de lo bueno, de lo que me llena el alma. No del intenso vacío que dejaste aquí. No pretendo decir que no lo mereces. Te mereces cada lágrima, cada segundo de tristeza, cada gota, todas las noches de no-sueño. Mis suspiros, mi vacío. Te mereces eso. Pero hoy no.

Tu dejaste el vacío, me vaciaste. Me dejaste sin lágrimas, sin sueños, sin esperanza, sin vida. Pero ya no. 

Vivo. Vivo de lo bueno, de esos recuerdos que has dejado en mi. De los mejores de mi vida. Lo que soy. Eres ELLA.

Hoy no. Hoy solo necesito lo bueno, lo magnifico, lo invalorable, lo irrepetible, lo inolvidable. A ELLA como la recuerdo. 




martes, 2 de octubre de 2012

Avril Lavigne - Nobody's Home

I wanna go home but SHE is not at home. You are not here.

Esta inmensa necesidad de hundirme en tu pecho, como si eso nos librara de toda la carga que supondría el peso de los besos; la agonía de aquella esperanza: poder reposar en sus piernas, pero ello no me libraría de las horas de no-sueño. Y aquellas, aquellas hojas de aquellos libros que reposan en la mesa, gritan con desesperación frases que aluden a estos recuerdos que sutilmente se confunden entre los tuyos y los suyos.

Las horas, las camas, los jabones; confunden los  pasos, los recuerdos, las necesidades del alma. Las palabras, la locura, la necesidad de llenar el vacío mientras se admira la fina capa que hay entre el espacio y el latte. Esa nostalgia, esa tristeza que se vive cuando se cierran los ojos, cuando invaden los únicos minutos que suponen un descanso. Pero sigue con aquél sabor a quemado, a pasado.
Y se confunden, se unen; se funden los recuerdos como si alguna vez fueron uno. Lo que nunca fue. Porque son dos, dos momentos, dos sentimientos.