miércoles, 14 de marzo de 2012

00:15

Ojos cansados que ven con misterio las estrellas pegadas en el cielo raso de tres metros y medio que separan el suelo en donde yace una cama a lo mas lejos que ellos tímidamente pueden ver. Fluorescentes como el punto verde que el reflejo de la luz dibuja al fondo, que pasó de una noche a otra a ser roja. Nuevos pliegues traslúcidos de tela que dejan ver tímidamente el anochecer que le pertenece a alguien. Libros arrinconados como arena sin la mas mínima intención de querer ser leídos, propio de su naturaleza. El frío siempre es un problema, los sentidos se despiertan y nadie puede descansar, ni siquiera la confusión de estas lineas logran descansar. 00:14 y los dedos piden escribir pero la fina capa, que nubla la razón, mata lentamente las ganas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario