jueves, 23 de febrero de 2012

Es decir, Ellos

En la paleta monocromática, producto de sus recuerdos, los extremos son buenos. La ausencia de luz deja ver algo que llaman “negro” y poco a poco determina aquello que los ojos pretender ver; lo que ellos quieren ver: Negro, negro, negro.

Mi mente está llena de luz, deja ver aquello que llaman “blanco”, que invita a pintar en ese lienzo aún sin dibujar, miles de colores, de líneas, de formas, de historias.

El “gris” de los pinceles no puede definir un color por el simple hecho de que no hay reacción. ¿Cómo decir que el lienzo es “blanco”, es “gris”, es “multicolor”, si todo lo que ves es “negro”? ¿Cómo puedes decir que todo lo que pintarán sus dedos es “negro”?

Azul, amarillo, verde, rosa, magenta, blanco, gris… negro. Miles de historias, cientos de sueños… todas de diferentes colores. Entonces, ¿por qué decir que solo existe "negro"?

Si es así, “yo”, un cuadro que se empieza pintar, no existo. No en un mundo donde todo es “negro”, porque “blanco” es mi principio y “multicolor” es mi final.

Negar mi existencia me excluiría de este mundo, y entonces aquello que creo es verdad: soy “blanco” casi azulado, como la nieve, que atraviesa el prisma generando miles de espectros luminosos.

No. No solo hay negro, ¿ O será que en sus lienzos solo existe “negro” y alcanzó nublar sus ojos?

2 comentarios:

  1. El negro no existe; mas bien es un "no-existir", es la ausencia de la luz, que es blanca y se deshace en colores y se rehace otra vez como luz blanca y así hasta el infinito

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  2. No existen! Sus lienzos no existen! Y no pueden ver los maravillosos colores del prisma plasmado en el alma.

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