domingo, 30 de diciembre de 2012

"La poesía nace del dolor. 
La alegría es un fin en sí misma."

Jorge Luis Borges

martes, 11 de diciembre de 2012

lunes, 10 de diciembre de 2012

Respirar nunca ha sido suficiente, se necesita correr, moverse, atarse al tiempo y a la gente. La respiración, sin embargo, sigue siendo lenta, así como pequeños suspiros que nacen y mueren en un segundo. Esas pequeñas pausas en que la muerte se distrae y descansa sus ojos, deja de vigilar, de querer estallar el pecho y el alma. Esos pequeños tiempos, los "medio tiempo" que asechan y cada vez anuncian que serán mas largos, que te hundirán aún más que la última vez. 

Y entonces de nada vale respirar, porque así ya no hay vida, no se siente el corazón palpitar; la piel fría no siente roces y los oidos dejaron de percibir el canto de los pájaros. Sólo queda sacar la mano a 80 km/h para pretender que se siente la brisa, que llena los pulmones y hace vivir. 

"Medio tiempo", que recuerdas que no se respira, que no se vive, que hay un cuerpo sin capacidad de sentir, de moverse, de correr... 



martes, 4 de diciembre de 2012

Álbum_Wislawa Szymborska


No hay nadie en mi familia que haya muerto de amor.
Lo que pasó, pasó, pero nada de mitos.
¿Romeos tuberculosos? ¿Julietas con difteria?
Algunos, por el contrario, llegaron a la decrepitud.
¡Ninguna víctima por falta de respuesta
a una carta salpicada de lágrimas!
Siempre al final llegaba algún vecino
con rosas e impertinentes.
¡Y nadie se asfixió en un elegante armario
al volver de pronto el marido de la amante!
A nadie esos cordeles, mantillas y volantes
le impidieron salir en la fotografía.
¡Nadie con el infernal espíritu del Bosco!
¡Y nadie con su pistola en el jardín!
(Con una bala en el cráneo, pero por otros motivos,
murieron en alguna camilla.)
Incluso aquella del extático moño
y de ojos herrados como después de un baile,
zarpó en una gran hemorragia
no hacia ti, bailarín, y no por melancolía.
Quizá alguien antes del daguerrotipo,
pero de éstos del álbum, nadie que yo sepa.
Pasaban las tristezas, y los días uno tras otro,
y ellos, consolados, desaparecían de gripe.