lunes, 7 de octubre de 2013

Tres

Quizá eres la excusa perfecta, esa que le permite a uno arrojarse a la boca de los gusanos para que se lo mastiquen poco a poco, a ese cadaver descompuesto de tanta amargura y tanta desilusión. Quizá no te lloro a ti, quizás me lloro a mi, a lo que he sido sin ti. Eres la excusa perfecta para llorar por él, por ese sentimiento de no ser y no poder. 

Así van tres, tres veranos sin sol, un largo invierno que no permite respirar, una agonía que lleva poco a poco a la muerte, mira que muerte, la excusa perfecta para no ser. 

Eres la excusa perfecta para morir.