Hay líneas que he logrado leer, aquellas que no cambian con el tiempo, las que permanecen intactas y duelen como el primer día. La intención no basta, a veces los hechos tampoco.
El caminar se hace pesado y forzoso, tus años parecen hacer el camino más duro y mas difícil de guiar, y es entonces cuando nos guías hacia lo que eres, a lo que siempre fuiste... a lo que tristemente serás.
Me rindo, me levanto y miro tu rostro. Cuándo caerán tus espadas al suelo y entenderás que esta guerra no es tuya? Es nuestra.
Me alejo poco a poco porque este pesar está quebrando mi espalda y estas cadenas no las soltarás.
Mira tus manos, están llenas de espinas...
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