martes, 19 de junio de 2012

Sombra



La sombra siempre ha sido enemiga de la luz; es de suponer que la sombra quedaría ciega ante semejante resplandor. Quizás hay un pacto de eterna alianza por conocerse íntimamente la una a la otra. Ellas saben que una es débil, la otra fuerte. 

Y entonces existe una alianza que abraza los intensos miedos a morir. La sombra, cuan dañina mancha, logra vivir del temor de la luz. 

Mira cuan grande se convirtió la luz: es poderosa, es divina. Y es así como pueden temer las horas al movimiento de sus pies. Al tic-toc de su melodía. 

La sombra persigue a los ilusos, persigue a la noche y a los miedos. La luz habla con ella y le pregunta por la mañana. No. No hay mañana.

Está aquí. Está allá. Como la indeseable cadena de recuerdos que impiden que llegue la mañana. Lo impiden las horas que corren, lo impiden los pies que no avanzan.... 

Eterna luz, eterna sombra; ahí estoy, en el medio de ellas dos, presenciando la belleza del baile de la paciencia con la resignación. De lo imborrable y del dolor. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario