viernes, 7 de noviembre de 2014

Una extraña en París

Hace una semana llegué a París, una ciudad que me enamoró como ninguna otra cosa en el mundo. Solo fueron 12 horas de viaje desde mi Caracas pero en realidad fueron más de 15 años de sueños y más de 24 de aprendizaje constante. Llenos de golpes, de tropiezos, de mucho dolor y llantos. De lo más triste. Pero también de todo aquello que me ha permitido estar aquí y darle el valor a lo que ahora tengo. Lo mejor de mi se quedó en mi tierra; mi familia. Pero ahora, ahora más que nunca tengo fe, esa fe que nunca tuve y esa esperanza de un mejor mañana. Gracias, Señor. Te reconozco y te sigo. Te amo. Nunca me dejes caer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario